Actividad de escritura creativa: Imaginación en la pintura

23.11.2020

Síndrome aguacate

En La Tierra ha habido infinidad de enfermedades, pero ninguna creó mas tendencia en redes sociales como el "síndrome aguacate"; no era muy conocida ya que podía poseerla una de cada mil personas. Su fama se debió a una cuenta de Instagram, la más popular en estilo de memes. Al poseedor de este usuario le pareció graciosa una enfermedad que encontró mientras navegaba por el amplio mundo de internet. 

La enfermedad se definía como una deformación en la cara similar a un aguacate, se transmitía por el aire pero era casi inexistente. 

Un buen día el muchacho iba dando un paseo por el puente de madera que tanto le gustaba. Comenzó a verse reflejado en las limpias aguas del río. Lentamente su reflejo empezó a cambiar y el chico se tocaba la cara con miedo, deseando despertar de una horrible pesadilla. No se lo podía creer... ¡Tenía el síndrome aguacate! Su grito se escuchó por todo el mundo. 


Título real del cuadro: El grito

Autor del cuadro: Munch

Autora del relato: Sara

 

Licor y Locura

El día iba perdiendo la tonalidad de la mañana. El azul marino de las olas se instaló en lo alto del cielo.

Un gran acantilado flotaba a la deriva sobre el ancho océano.

Los pies de Casio estaban descalzos. La humedad del agua le hacía cosquillas. En la mano, sostenía la petaca medio vacía.

Empezaba a confundir cielo y mar, pues uno era el reflejo del otro. Lo mismo ocurría con el acantilado, cuyo reflejo tenía la misma vida que el relieve real.

Aquella bebida sabía a rayos.

Sorbito a sorbito, todo se hacia más borroso.

De repente, todo recobró su forma.

Mirando a su alrededor, creyó distinguir a lo lejos, la mesilla de noche de su habitación. Llevado por la curiosidad, se acercó hasta el lugar.

Mientras recorría el camino, un pato del tamaño de un elefante, comenzó a seguirlo.

Casio y el pato gigante, llegaron a donde se hallaba la mesilla. Sobre ella se encontraba una rama seca y el perfume favorito de su ex mujer.

Un trueno estalló a lo lejos. A los pocos segundos, Casio levantó la mirada al cielo, y pensando que estaba viviendo una pesadilla, esperó a que la lluvia de relojes gigantes cayese sobre él.

Los primeros relojes caían a su alrededor. Aquellos artilugios eran increíbles. Era como si tuvieran la consistencia de una loncha de jamón, pues al caer sobre los objetos, se doblaban limpiamente.

El pato gigante, golpeado por un reloj, lanzó un extraño ruido a la vez que su cuerpo se fundía con la arena.

Casio supo algo: nunca volvería a beber.

Título real del cuadro: Los relojes blandos

Autor real del cuadro: Dalí

Autora del relato: Alba

La Pija

Había una vez una niña muy muy rubia la niña tendría alrededor de unos 5 años, un día, ella como de costumbre llamó a sus criadas para que la vistieran, ella era una niña muy pija ya que siempre ha tenido todo lo que ha querido por venir de cuya familia.

Su belleza era única e inigualable, tenía un perro que se llamaba Ducky un buen día el pintor llamado Paradiskaqui fue contratado por Doña Trujana para que les hicieran un retrato, él no tenía idea de como haría ese cuadro así que lo que hizo fue decirle a Doña Trujana que le diera un tiempo para pensárselo en como haría aquella obra maestra, el pintor tardó 3 días 2 horas 8 minutos y 3 segundos hasta que por fin supo como haría su obra maestra. Se presentó en la casa de Doña trujana y le dijo que quería hacer la obra de forma natural como en un día normal. Ella sabía como hacerlo para que fuera una obra natural, les explicó detalle a detalle todo a las personas y llegaron a la conclusión que se pondrían todos a hablar mientras Paradiskaqui los pintaba. 

Título real del cuadro: Las meninas

Autor real del cuadro: Velázquez

Autora del relato: Cris

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